Aunque parezcan lo mismo Perfección y Excelencia no son lo mismo, ¿lo sabías? Ambos son hábitos, pero su diferencia radica en los efectos que cada una tiene sobre nosotras y la búsqueda de una u otra hará la diferencia en nuestras vidas.
¿A vos como te va con esto?
Yo debo reconocer qué era de las que vivía inocentemente feliz en su propia prisión de la perfección, fascinada en la búsqueda y planificación de un mundo ideal.
Sin darme cuenta que en ella quedaban atrapados todos mis sueños, por ser incapaz de terminar nada de lo que empezaba.
Como resultado de esa búsqueda al ponerme objetivos poco realistas, obtenía a demás de una eterna sensación de insatisfacción, numerosas consecuencias negativas en mi día a día, entre ellas culpa, pesimismo, obsesión, pérdida de confianza y por consecuencia una baja autoestima.
Claro está que esta búsqueda de la perfección no solo afecta a la autoevaluación, sino que es algo que por lo general se traslada al mundo con el cual nos vinculamos.
Y es el orgullo y mala interpretación de lo que realmente significa la búsqueda de la perfección, lo que nos lleva a vanagloriarnos en cada paso que sea en su búsqueda, creyéndolo una fortaleza que nos distingue ante otros, sin entender que en realidad se trata de una debilidad que nos aleja de poder ser quien en verdad somos.
También te puede interesar: ¿Vivís la vida o la vida te vive?
Algunas diferencias entre perfección y excelencia:
La búsqueda de la Perfección:
- Genera frustración, no satisfacción
- Hace que te compares
- No te permite reconocer y aceptar tus errores
- Intentás mantener un control que es ilusorio
- No te sentís bien a menos de que todo esté perfecto
La búsqueda de la Excelencia:
- Genera satisfacción con vos misma y por tus avances
- Hace que reconozcas tus puntos fuertes
- Que aceptes los errores como parte del camino y como enseñanzas
- Trae equilibrio y bienestar, al estar soltando el control
- Trae aceptación de vos misma, tal como sos, no perfecta
Si considerás que sos de las que busca hacer las cosas perfectas y ante la imposibilidad sufrís de continua insatisfacción y autorreproches, seguí leyendo porque esta nota es para vos y te prometo que va a ayudarte con este tema.
![Camino a la excelencia Camino a la excelencia](https://ponteati.com.ar/wp-content/uploads/2021/06/Excelencia-2-Ponteati-300x200.jpg)
El camino a la excelencia nos permite disfrutar el camino
Como pudimos ver en las distinciones anteriores, La excelencia a diferencia del perfeccionismo, nos permite disfrutar del camino, del proceso y entendemos los errores, los fallos o los desvíos como parte necesaria de nuestro aprendizaje e inclusive de nuestros logros.
También puede interesarte: ¿Cómo identificar cuándo la insatisfacción esta siendo aliada o enemiga?
¿Ahora bien, por qué es que perseguimos tanto esa perfección?
El motivo es por que hasta acá nos han enseñado en gran parte a ser perfeccionista, a buscar resultados excepcionales, que nadie más haya logrado y nos medimos con varas que están fuera de nosotras, comparándonos con lo que otros hacen, dicen o esperan de nosotros.
El camino de la perfección nos trae más sufrimiento que satisfacciones, ya que en muchos casos nos vemos frustrados al no conseguir exactamente lo que perseguimos y ante cualquier mínimo desvío, nos sentimos desilusionados de nosotras, afectando nuestra estima personal y nuestra confianza en nosotras mismas.
En cambio la excelencia es un hábito, que se construye, que se entrena y que nos conecta con nosotras mismas, con nuestro potencial, con nuestras capacidades actuales y nuestros espacios que tiene potencialidad de mejora.
La excelencia sitúa la mirada en nuestro interior, por lo que no vale de nada compararnos con los otros o preguntarnos qué se espera de nosotras.
El camino a la excelencia es un viaje en cuerpo, mente y alma donde todo nuestro ser busca crecer y superarse, siendo nuestro único referente.
Entonces… ¿Cómo salimos del camino de la búsqueda de la perfección para ir por el de la excelencia?
El secreto está en saber que no nacimos para ser perfectas, o mejor dicho que lo somos tal y como somos, reales con nuestros aciertos, como así también con nuestros fallos.
Y si bien no podemos aspirar a la perfección, sí podemos buscar ser nuestra mejor versión.
Esta mejor versión nacerá con cada paso, con cada equivocación, con cada emoción, disfrutando del camino, aprendiendo que todo lo que nos sucede es para aprender a ser felices.
Y que la búsqueda de la perfección solo nos aleja de ella, sino que no nos permite vivir la vida de forma auténtica, siendo nosotras mismas, aceptándonos y disfrutando del camino.
También puede interesarte: Dejar de Procrastinar “La vida que querés”
¡Pasemos a la acción!
![Tu mejor versión Tu mejor versión](https://ponteati.com.ar/wp-content/uploads/2021/06/Excelencia-3Ponteati-300x200.jpg)
Tu mejor versión es aceptar la perfección que habita en tu imperfección
Pasos para sacar a la luz tu mejor versión:
- Reconozcamos en nosotras todas aquellas acciones que se basan en diálogos internos de “deberías” y transformemos de apoco y a cada paso que vayamos descubriéndolos por diálogos con nosotras de “me gustaría”.
- Pasar del pensamiento absolutista o totalista, donde solo existe la dicotomía de los blancos o negros, para pasar a escalas de grises, o porque no de distintos colores, donde aquello que no sea perfecto no tiene porque ser malo. Este camino nos invita a la mejora, disfrutando y entendiendo cualquier desvío como parte del proceso.
- Desafiemos nuestra propia búsqueda de la perfección, o nuestra exigencia al extremo, donde creemos que debemos ser las mejores y seamos más compasivas con nosotras, nuestro punto de comparación es solo con nosotras, volvamos al eje interno, ese debe ser nuestro único punto de comparación. Esto traerá alivio, amor propio, compasión y muchísima satisfacción personal.
- Para empezar a avanzar y que nuestras metas no queden en sueños no cumplidos, es necesario organizarnos y planificar las mismas en metas más pequeñas o pasos que van a aumentar nuestra percepción de logros, lo que nos traerá a su vez satisfacción y mayor sensación de confianza en nosotras.
- Aprendamos que el error no es nuestro enemigo, que podemos aprender de él muchas veces más que sin él. Es condición necesaria para crecer y aprender a mejorar aquello que esta vez no salió del todo bien y que la próxima con este conocimiento previo saldrá mejor.
- De la mano del punto anterior aprenderemos a ir asumiendo el riesgo de equivocarnos, entendiendo que es una condición más del ser humano.
- Uno de mis favoritos, mantener alta la sintonía de pensamientos positivos, que alejen de nuestra mente aquellos pensamientos catastróficos, que solo buscan boicotear nuestro propio éxito. No le dejes que ganen, aprendamos a silenciar nuestra mente, la respiración es una gran aliada.
- Seamos realistas al definir nuestras metas, esto va a requerir que identifiquemos nuestros estándares perfeccionistas y los transformemos en metas alcanzables y que se ajuste a la realidad.
Por último me gustaría dejarte la siguiente frase para reflexionar:
“Lo realmente duro y realmente asombroso, es renunciar a ser perfecto para empezar el trabajo de convertirse en uno mismo”. – Anna Quindlen –
Saben qué amo las frases, y con esta cerramos con broche de oro este tema. Te invito a ponerte primera y regalarte unos minutos de lectura con vos mismas y leer mis otras entradas que seguro te ayudaran y potenciaran.
¿Conoces mi Instagram? Ahí te comparto mas herramientas para que puedas:
“Conocerte, tomar el protagonismo y pasar a la acción”
¡TE ESPERO!
1 Comment
Me encantó, las distinciones muy claras.