¿Alguna vez sentiste que tu vida era un caos?
Esto puede tener diversas causas, pero la mayor parte de las veces es consecuencia de no saber ponernos primeras. No saber priorizarte o no ponerte en el centro de tu vida, muchas veces te lleva a ceder el control y que otros directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, decidan por vos.
A mi me pasó durante mucho tiempo, sin ser tan consciente cedí ese control, en pos de cumplir con todos los deberes ser, mandatos o lo que creía era “lo mejor para mi”, escuché mas el afuera que mi propia voz.
Poco a poco, muchas de esas voces empezaron a mezclarse con las mías, hasta asimilar como propio todo aquello que decían que era lo mejor para mi, y lo que asumí como la verdad, como mi verdad, apagando mi voz sin querer, mi ser y con ello un mundo, mi mundo de posibilidades…
Por supuesto que aprendí que, como es afuera es adentro, y que todo lo que está afuera no es más que la escuela, el aprendizaje para uno poder empezar a distinguirse, a definirse y separarse, en el buen sentido en búsqueda en definitiva del SER.
El tema está en que muchas veces por miedo o en pos de que nos quieran, que nos elijan, pertenecer, agradar o no permitirnos fallar, nos limita a vivir una vida no coherente en definitiva con nuestro interior y aquí mi aprendizaje…
Y así, un día me encontré que había hecho la tarea, que había sido quien debía ser y había alcanzado todo lo que creía me haría feliz. Pero, para mi sorpresa, no fue así. Empecé a sentir vacío, que algo faltaba a mi vida, y había un ruido o dolor en mi corazón.
Entonces, decidí parar y buscar dentro mío, escuchar que me quería decir todo ese ruido…
¿Sabés qué fue lo que descubrí?
Que era hora de volver a mi, que había sido largo el camino y que sería este otro camino para volver nuevamente a conectar con mi ser, a sacar todas aquellas capas que hasta ese momento me habían servido pero que ya a esa altura pesaban y no me estaban dejando ser…
Eso era exactamente lo que me estaba pesando, a eso se debía mi dolor, mi incomodidad, había muchas capas en mi que no me pertenecían y me estaban pesando. Era hora de soltar.
Y no voy a negar que fue mucha la confusión, la incomodidad y el miedo de dejar mi zona cómoda, mi zona conocida.
Pero mi fuerza interior sabía que ese era el camino a emprender, decidí comenzar mi recorrido para ponerme primera y ser yo misma.
Hoy a la distancia no puedo describir con palabras la paz que se siente el permitirme ser, el vivir la vida en coherencia con mi propio ser.
Y si al leer mi experiencia te sentiste identificada y estás en esa etapa turbulenta y 100% incómoda, de desconexión con lo que sos y lo que querés, te quiero decir que nunca es tarde para cambiar la dirección y volver a casa.
Y para empezar a dar pasos en pos de tu propia búsqueda, te quiero compartir algunos consejos para que vos también empecés a ponerte primera:
1) Convertite en tu mejor amiga
¿Qué significa esto? Bueno, si lo pensás bien, cuando tenemos y queremos a una gran amiga, ¿cómo la tratamos?…
Somos incondicionales para ella, la acompañamos y animamos en sus días malos, somos compasivas, le tenemos paciencia y la apoyamos.
A eso me refiero, a que también tengas con vos misma una relación buena y saludable. Que seas tu propia mejor amiga.
Te invito a preguntarte y te respondas con honestidad y mucha consciencia:
- ¿Cómo es mi relación conmigo?
- ¿Cómo me trato cuando las cosas no salen como me las esperaba?
- ¿Estoy para mí incondicionalmente cuando me siento vulnerable?
Solo teniendo una relación saludable con vos, vas a ponerte primera.
Y cuándo lo hagas, vas a ver que día a día se va a hacer más fácil amarte, cuidarte y estar para vos cuando lo necesités.
Vas a dejar de juzgarte con tanta crudeza, criticarte con frecuencia y ya no vas a verte como una enemiga, sino como tu mejor aliada y amiga.
2) Sé un refugio para vos
Acudí a vos con frecuencia. Creá en tu interior un espacio seguro en el que te comprendas y te validés.
Si querés ponerte primera, es importante aprender a vivir y transitar tus propios sentimientos, emociones y pensamientos a no escapar de vos y por sobre todo, aceptarte tal y como sos. Convertite en ese lugar seguro al que acudirías cuando todo parezca derrumbarse. En ese sitio, vas a poder reír, llorar, sentir y amar.
3) Dejá ir aquello que no podés controlar
Dejar ir no es fácil, lo sé. Pero también sé, que cuando no lo hacemos, duele y nos termina lastimando aún más.
Una vez escuche una frase que me quedó grabada y es: “Lo que resistes, persiste y duele”.
No gastes tus energías en aquello que está fuera de tu control. Mejor concentrá toda esa fuerza en vos, en sanar y en ser tu proyecto más importante.
4) Los límites son buenos
Recordá que si no te ponés a vos primera, nadie lo va a hacer, porque es nuestra responsabilidad cuidar de nosotras. Y cuando ponés límites claros, estás regalando sinceridad, confianza y te estas cuidando a vos.
Entiendo que a veces nos cuesta, pareciera ponernos en un lugar incómodo, pero elegir es elegirte.
5) Sé responsable de tus necesidades
Reconoce cuales son tus deseos y necesidades, y ocupate de ellos. Y cuando hablo de necesidades, me refiero a todas: a las afectivas, emocionales y materiales. Es tu vida, es tu plan y tu responsabilidad. Tenés toda la capacidad para velar por vos, para sostenerte y cuidarte. Es posible sentirte satisfecha y totalmente feliz con vos misma.
Antes de despedirme quiero hacerte este recordatorio: Tu vida es tuya, es tu plan, es tu diseño y es tu propia construcción. Vivila, aprovechá esta oportunidad milagrosa y hace cosas lindas por y para vos. No lo dudes más, toma acción y PONETE PRIMERA.
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Yami, Life Coach.